Este libro es para cualquiera que quiera recuperar su productividad, aprovechar mejor su tiempo y aprender habilidades duras, las que serán más valoradas en el mundo futuro.
Nuestra llamada “economía de la atención” tiene un nombre muy acertado. Este recurso que todos poseemos es captado por las empresas como base de su estrategia de marketing. En un mundo en el que la atención se ha convertido en un bien escaso, es muy difícil concentrarse y liberar bloques de tiempo para un trabajo eficaz. Los que consigan hacer frente a esta situación serán los más exitosos en el futuro. Veamos qué es el trabajo profundo y cómo conseguirlo cada día.
El trabajo en profundidad no suele durar más de 4 horas al día. Es un trabajo realizado sin distracciones y con un alto nivel de atención (a menudo en estado de flujo). Normalmente, el trabajo en profundidad no puede realizarse en paralelo con otra actividad. Por ello, Cal Newport lo distingue del trabajo superficial.
Una idea común es la de la multitarea, que permite realizar más actividades al mismo tiempo. La multitarea es un engaño porque te mantiene en un nivel bajo de concentración. En tales circunstancias, estás malgastando tu tiempo y energía. Debes evitar la multitarea a toda costa o tu eficiencia se verá muy reducida.
Según el autor, en el futuro habrá 3 categorías de personas que tendrán éxito en el ámbito profesional
Trabajadores altamente cualificados en el sector tecnológico: aquellos que pueden comunicarse bien con las máquinas.
Superestrellas: los líderes indiscutibles de su sector. En la lógica de “el ganador se lo lleva todo”, los demás competidores sólo comparten las migajas del pastel. Por tanto, hay que tener en mente dominar un mercado o buscar otro nicho que dominar. Esta lógica es especialmente cierta en el mundo digital.
Propietarios de capital: los que ya disponen de un capital importante podrán seguir invirtiendo y consolidar su posición de dominio en diferentes mercados.
Si no pertenece a la última categoría, sólo con un trabajo profundo podrá establecerse como líder en su mercado o como trabajador altamente especializado.
El marco
Se necesita tiempo para entrar en un estado de trabajo profundo. Antes de empezar a trabajar, debes definir claramente el marco de tu trabajo (definir tus objetivos) y ponerte en condiciones que hagan posible un trabajo profundo (apagar el teléfono, cerrar la puerta, trabajar en una oficina que no tenga distracciones visuales).
Restaurarse a sí mismo
Para “recargar” tus capacidades cognitivas después de una sesión de trabajo profundo, puedes aprovechar el contacto con la naturaleza si puedes. Los estudios demuestran que el contacto con los árboles, el mar o la montaña, por ejemplo, proporciona un verdadero descanso. Si no puedes, puedes echarte una siesta o ir a un parque a tomar el aire.
4 principios para poner en práctica
Practicar el trabajo en profundidad
Una de las primeras cosas que hay que hacer es practicar el trabajo profundo con regularidad. Mejorarás con la práctica. Necesitas crear automatismos que te pongan en un estado de trabajo profundo fácilmente. Para ello, puedes definir un ritual que consista en una secuencia de tareas que te hagan entrar casi automáticamente en un estado de profunda concentración. Por ejemplo, puedes definir las siguientes acciones: levantarte a las 4 (al madrugar eliminas la mayoría de las distracciones), darte una ducha fría, beber un zumo de naranja y ponerte a trabajar enseguida. Tú decides qué secuencia de acciones te conviene más.
Disfrutar del aburrimiento
Vivimos en un mundo que teme el aburrimiento. Es este miedo el que hace que la mayoría de las personas se abalancen sobre sus teléfonos móviles en una interminable búsqueda de entretenimiento de todo tipo. No seas como los demás. Aprende a domar el aburrimiento. Ponte cómodo con el hecho de no hacer nada. Entrena tu cerebro para que no esté en un estado superficial. Para ello, hay que volver a conectar con actividades que a muchos les parecen aburridas hoy en día, la primera de las cuales es la lectura.
No utilizar las redes sociales
Las redes sociales no funcionan en su beneficio. Están ahí para distraerte de tus objetivos. Entrenan a tu cerebro a pensar de forma superficial, lo que reduce tu capacidad de concentración. Si no puedes dejar de usar las redes sociales por completo, redúcelas al mínimo e intenta no usarlas durante un periodo de tiempo.
Actividades parasitarias del canal
Hay otras actividades que minan tus capacidades cognitivas en la misma medida y, sin embargo, te ves obligado a hacerlas todos los días. Por ejemplo, responder a correos electrónicos, hacer llamadas telefónicas, asistir a reuniones, etc. Intente reducir estas actividades en la medida de lo posible. Intenta, en la medida de lo posible, eliminar estas actividades. Si no puedes, hazlo en bloques de tiempo. Por ejemplo, responda a sus correos electrónicos dos veces al día durante sólo 15 minutos cada vez.
Otras ideas interesantes para recordar:
Practica el arte de la desconexión: mantente ilocalizable durante periodos de tiempo determinados. Esto eliminará las distracciones y enseñará a sus contactos a comunicarse con usted de otra manera.
Para aumentar tu capacidad de entrar en un estado de trabajo profundo, date la mitad de tiempo para completar una tarea que solías hacer
Utiliza tu cuerpo para resolver un problema: ve al gimnasio con un problema concreto en mente. A menudo, la actividad física genera nuevas ideas.
Utilice un software para cuantificar sus actividades de trabajo en profundidad (toogl.com)